Durante varias generaciones los Guzmanes respetaron dicho acuerdo hasta que en el siglo XV Juan Alfonso de Guzmán, se considera dueño de todas las tierras y no respeta el comunal de los vecinos. Fue entonces cuando el
pueblo encabezado por Juan Relinque se subleva ante la
casa ducal de los Guzmanes empezando entre ellos numerosos pleitos. Tras varios años de pleitos se resuelve el problema y se dicta sentencia a favor de los vecinos.