Por último y no por ello menos importante, más bien todo lo contrario, quiero agradecer especialmente a Juan Jesús Cantillo Durán, arqueólogo de la ciudad, por su hospitalidad y dedicación, así como a
Flora Núñez también del área de Cultura del
ayuntamiento de Vejer por su amable recibimiento y atención. Sin ellos este post no hubiera sido posible. Siempre he sentido a
Vejer de la Frontera como un lugar especial, lleno de encanto y magia. Para mi gusto con una agradable fragancia andalusí, que suelo respirar en cada visita. A partir de ahora, además de todo esto, sé que allí están Juan Jesús y Flora.