La
arquitectura sacra ha dejado también magníficos ejemplos: la
iglesia Parroquial del Divino Salvador (ss. XIV-XV) domina el
caserío desde arriba y muestra una bella evolución del
arte gótico-mudéjar, renacentista y barroco; la iglesia de las Monjas Concepcionistas con el
Arco de las Monjas; el
convento Hospedería de
San Francisco y, en las afueras, se encuentra la
ermita visigoda de Nuestra Señora de la Oliva. Entre sus
edificios civiles sobresalen el
palacio barroco del Marqués de Tamarón y la
casa del Mayorazgo, ambos del s. XVIII, o los
molinos de viento de San Miguel (s. XIX).