Basta con descender del casco histórico y atravesar parte del bosque de
pinos de
Barbate para meter los pies en el
agua. Es una de las
playas más animadas de toda la Costa de la Luz (Atlántico), y está llena de chiringuitos,
escuelas de surf y buen
rollo. ¿Una única pega? Es insoportable los días que sopla levante. El
Jardín del Califa: un viaje a Oriente sin salir de
Cádiz. Creo que además de un espacio gastronómico es casi un
museo etnológico. Está ubicado en una antigua casona de 1527 conocida como la
Casa del
Juzgado (tiene también
hotel y es una pasada, he aquí mi recomendación extra donde dormir) y es una maravilla. Entre sus joyas ocultas destaca un antiguo aljibe.