La contemplación del exterior de la
iglesia de
Santa María de la Mesa de
Zahara constituye una destacada muestra de la
arquitectura religiosa andaluza de la segunda mitad del siglo XVIII, marcada por la plenitud del barroco, con excesiva y recargada ornamentación, y la llegada de los primeros matices del estilo Neoclásico, que se evidencia por su sobriedad y desnudo
juego de volúmenes a distinta altura manifiesta que se está ante un templo de planta de
cruz latina con una nave central más ancha y elevada que sus dos compañeras, al estilo de las antiguas basílicas, más en crucero.