Éste se cubre con una llamativa media naranja, cubierta con tejas, cuyas aristas, marcadas por medio de líneas de
cerámica vidriada, se unen en un pináculo central sobre la clave de la cubierta. Llama la atención, a primera vista, la clara desnudez de las paredes laterales del templo en contraste con la riqueza
ornamental y dinamismo de líneas de las
portadas, tanto principal como lateral.