Aguilar es muy bonita, y su gente maravillosa, pero la juventud que se cuece, está dando mucho que desear. La droga irrumpe con fuerza, y nadie toma control de esta situación, pero la verdad es que en las puertas de los colegios, discoteca u otros establecimientos tenemos al camello de turno ofreciendo droga a nuestros hijos, sobrinos, nietos, siendo este camello cada vez más joven. Espero que las autoridades no sólo se dediquen a parar a la gente por no llevar casco y las fuerzas y cuerpos de seguridad, acompañadas de todas las demás autoridades, hagan algo que pueda parar a llevar a la ruina a muchas familias de este fabuloso pueblo.