Castillo de
Belmez
El castillo de Belmez, al igual que otros que poblaron el norte de la provincia de
Córdoba, custodiaba el
camino viejo de Los Pedroches.
El acceso al recinto se realiza a través de una
puerta acotada, situada en uno de los cubos. Al lado de ella había un
torre albarrana, típico sistema defensivo árabe.
A la fortaleza se llega por una empinada y zigzagueante
escalera que parte desde la
calle Rafael Canalejo Canteroy el acceso se realiza a través de una puerta acotada, situada en uno de los cubos.
De forma alargada, su planta se adapta al terreno sobre el que se asienta, una enorme
roca infranqueable por el lado noroeste por un profundo
acantilado. Seis
torres semicilíndricas dispuestas a lo largo de una
muralla con tramos de distintos grosores rodean el recinto interior, en cuyo
patio de armas perdura un aljibe, conocido popularmente como "la pisada del
caballo", y que, dadas las características del terreno, siempre contiene
agua.
La Torre del
Homenaje, de planta pentagonal y 11 metros de altura, está dividida en dos plantas rematadas en
bóvedas de ladrillo. Estuvo rematada por matacanes y almenas, elementos claramente defensivos que han desaparecido con el paso del tiempo.
Se tienen noticias de este castillo desde el año 1245, aunque la torre principal y la muralla son posteriores, del siglo XV. Perteneció a la Orden
militar de Calatrava después de pasar por el Concejo de Córdoba. En el siglo XV, se convirtió en una importante zona de control durante la Reconquista.
Uno de los accesos a Belmez desde la variante nace junto al la
ermita de la
Virgen de los Remedios; así que el primer saludo que recibe el viajero es el de la Patrona del
pueblo.
En una visita a la población es obligada la subida al castillo, donde se inicia en la calle Empinada, junto la ermita de la Virgen del Castillo, poco más arriba, un
arco reciente de rojiza
piedra enmarcada, desde aquí ofrece el castillo mejor apariencia que visto de cerca: sus muros, jalonados por salientes torres cilíndricas, se asientan dominadoramente sobre la desnuda base de erosionadas
rocas, que forman, arriba, una pared y luego descienden en rampa hasta los últimos
tejados del pueblo.
Por las
calles, el espinazo urbano del
caserío es la calle Córdoba, que asciende recta, y más acá, la torre parroquial emerge entre los tejados, rojiza como ellos.
El tramo superior de la calle Córdoba es el principal eje comercial de Belmez.
Frente al
parque, la calle Covadonga baja hasta la
plaza de toros, que ha cumplido ya 75 años, con la de Córdoba es la más famosa.
En el casco urbano queda alguna
casa señorial, aunque lo principal a reseñar es el
edificio del
Ayuntamiento, contruido en la segunda mitad del siglo XIX.
Cabe destacar la
iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Anunciación, creada en el siglo XIII, a continuación de la Reconquista. La torre representa el mejor testimonio de la obra
medieval del templo.
También de origen medieval la ermita de Nuestra Señora del Castillo, se reduce a una nave única, se ven los
arcos transversales apuntados, en un lateral se conserva una bella
portada bajo conopio, típica de época Reyes Católicos.