VII. CABRA
1. HISTORIA DE CABRA.
Es una ciudad localizado al sur de la provincia de Córdoba en las estribaciones de la cordillera Bética y situada a unos 72 km de la capital.
Es considerado el centro geográfico de Andalucía y Puerta al Parque Natural de Cabra y destaca por su valor geológico y natural siendo considerado este municipio como una de las zonas más ricas de Andalucía.
Grandes personajes de la Antigüedad como Plinio El Viejo y Estrabon nos citan Licabrum, antiguo asentamiento que habitaron los turdetanos béticos, descendientes de los Tartesios, lugar donde estuvo edificado un grandioso templo griego, dedicado a la diosa Fortuna.
En el año 218 d. C los romanos invaden la península Ibérica para presentar la batalla al poderoso general cartaginés Aníbal quien había atravesado los Alpes con sus elefantes para vencer a Roma.
La ofensiva romana en Hispania fue imparable y el ejército cartaginés se tuvo que replegar hacia la Bética donde el general romano Publio Cornelio Escipión El Africano conquistó el Valle del Guadalquivir.
Es en el año 206 d. C cuando se produce la última batalla entre los contendientes conocida como la batalla de Ilipa, en la actual Alcalá del Rio (Sevilla) donde el ejército cartaginés fue vencido. Cuenta la historia que en esta batalla participaron unos 60.000 soldados iberos, contendientes en ambos bandos.
Una vez sometidos los cartagineses, el general romano Cayo Flaminio asedio y conquistó la ciudad de Licabrum haciendo prisionero al caudillo Corribilo (197 d. C).
Posteriormente Roma la cambia de nombre por el de Igabrum desarrollándose notablemente siendo nombrado Magnum Municipium.
En el año 45 d. C es cuando se ve involucrado en la Guerra Civil entre César y Pompeyo, celebrándose en su cercanía la batalla de Munda.
En el siglo I Igabrum se adhiere al Conventus Jurídicus XIV Antigitanvs, uno de los cuatro integrados en la provincia romana de Bética.
El siglo III Igabrum es una de las ciudades romanas donde se asienta el cristianismo, siendo considerado como sede episcopal del siglo IV. Hay noticias de sus obispos como Sinagio que asistió al Concilio Iliberitano, Juan que suscribió el III Concilio de Toletum, Deodato, Gratino y Constantino que vivieron en el siglo VII.
Hay testimonios que la época donde la Iglesia de San Juan Bautista del Cerro fue la sede de la catedral de aquella época y estaba construida sobre la antiguo templo dedicado a la diosa Fortuna.
También había un templo dedicado al dios Apolo con un importante acueducto de cerca a 9 km de longitud que fue ordenado construir por Marco Cornelio Novano Bebió Balbo, Prefecto del Colegio de Ingenieros y descendiente de la familia Balbo.
Según fuentes de la Antigüedad hay testimonios que contaban con una importante población judía.
Tras la caída del Imperio Romano, Cabra se convierte en un importante centro del reino visigodo, conocido como Egabro siendo condado y obispado entre los siglos VI y VIII, limitada territorialmente al norte por Espejo, al sur hasta Benameji o Antequera y el oeste con Puente Genil.
En el siglo VIII con la presencia musulmana en la península Ibérica, los musulmanes comenzaron a llamarle Qabra siendo la capital de una Cora o Provincia que abarcaba a las villas colindantes.
La supervivencia de la sede obispal cristiana se mantuvo hasta la invasión almohade con los obispos Recafredo y Reculfo.
Las diferencias socioeconómicas entre musulmanes y cristianos originaron frecuentes tensiones en el siglo IX y en el año 889 Qabra se une a la sublevación de los cristianos-mozárabe y muladíes del caudillo Omar Ibn Hafsun y se anexiona al territorio de este.
Omar Ibn Hafsun controla durante cincuenta años un territorio extenso en Andalucía y estuvo a punto de derrotar a los omeyas llegando hasta las puertas de Córdoba.
Fue al fin derrotado en Poley (Aguilar de la Frontera) y su hijo siguió la lucha manteniéndose el reino con su capital en Bobastro hasta que Abd-el-Rahman III el 928 lo condenó al destierro.
En el siglo XI con la desintegración del Califato de Córdoba (1031) se fundaron los reinos taifas y Qabra pasó a depender de la Taifa de Granada.
Posteriormente se desmembró en la Guerra de los berberiscos y los judíos defensores de la legitimidad omeya padecieron la venganza de los bereberes.
La comunidad judía bajo el poder musulmán desempeñarán un gran protagonismo en la política, en la cultura y en los negocios viviendo grandes etapas de esplendor seguidas de otras lamentables por la persecución que desembocaron en las matanzas como la de Granada en 1066 y del 1066 y Córdoba en 1013.
Con Alfonso VI las Taifas de Granada y Sevilla se convierten en feudatarias de Castilla y en el 1079 tuvo lugar en Cabra el legendario combate entre Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador, al mando de las tropas castellanas de Alfonso VI y las tropas del rey sevillano al-Mutamid que lucharon contra los bereberes ziries establecidos en Granada.
El Cid Campeador derroto al rey ziri de Granada Abd Allaha en la batalla de Cabra y en su castillo meso de las barbas a García Ordoñez, origen del Cantar del Mío Cid.
El rey ziri Abd Allah de Granada junto a los reyes de Sevilla y Badajoz solicitaron ayuda a los almorávides, Imperio africano de origen senegalés para evitar pagar las parias al rey castellano Alfonso VI.
Los almorávides entran en la Península en el 1086 y derrotan al rey castellano-leones Alfonso VI en la batalla de Sagrajas o Zalaca, cerca de Badajoz.
Los almorávides viendo la debilidad de los reinos taifas se enfrentan a éstos y los derrotan ocupando Cabra que sería conquistado en el 1090.
En el año 1124 el rey Alfonso I El Batallador de Aragón conociendo la insatisfacción de la población cristiano-mozárabe sometida por el fanatismo religioso de los almorávides, inicia una correría por Andalucía recorriendo Alcalá La Real, Luque, Baena, Écija, Cabra y Lucena venciendo a Abu Bakr, hijo del emir Ali ibn Yusuf en Aranzuel (hoy Puente Genil) en marzo del 1126.
Tras su victoria libero a muchos cristiano-mozárabes, algunos egabrenses y regresa al reino de Aragón donde asientan sus raíces.
Los cristianos-mozárabes que no quisieron emigrar al reino de Aragón fueron objeto de represalias y la mayor parte fueron deportados a Marruecos.
Posteriormente en el 1148, Cabra fue nuevamente invadida por otro Imperio africano, los almohades, una secta religiosa más fanática quienes ejercieron la represión contra los judíos egabrenses que no quisieron convertirse al Islam siendo duramente castigados.
Los supervivientes emigraron hacia el norte y se dirigieron a Toledo donde se asentaron y pudieron desarrollarse con más libertad.
En el año 1217 seria Fernando III El Santo quien recibiendo de su madre DªBerenguela el reino Castilla y de su padre Alfonso IX el reino de León siendo quien conquistaría Cabra del 1240 y por un pacto con sus habitantes mantuvieron sus costumbres y su religión.
Tras la conquista cede su gobierno al Adelantado Mayor de la Frontera de Andalucía, su hermanastro D. Rodrigo Alfonso de León.
Posteriormente se unifican las Cortes de León y de Castilla bajo la persona de Fernando III y surge la corona de Castilla que está formada por el reino Castilla, de León, de Toledo, de Jaén reinos y señoríos conquistados a los árabes.
Así que Cabra comienza a formar parte de la Corona de Castilla desde el primer momento de su fundación.
A finales del 1279 Alfonso X El Sabio hijo de Fernando III El Santo cedió a su hijo el infante Pedro de Castilla la villa y el castillo de Cabra como recompensa por su actuación en el fracasado sitio de Algeciras del 1278.
A la muerte del infante la mayor parte de los señoríos incluyendo Cabra fueron heredados por D. Sancho de Castilla.
1. HISTORIA DE CABRA.
Es una ciudad localizado al sur de la provincia de Córdoba en las estribaciones de la cordillera Bética y situada a unos 72 km de la capital.
Es considerado el centro geográfico de Andalucía y Puerta al Parque Natural de Cabra y destaca por su valor geológico y natural siendo considerado este municipio como una de las zonas más ricas de Andalucía.
Grandes personajes de la Antigüedad como Plinio El Viejo y Estrabon nos citan Licabrum, antiguo asentamiento que habitaron los turdetanos béticos, descendientes de los Tartesios, lugar donde estuvo edificado un grandioso templo griego, dedicado a la diosa Fortuna.
En el año 218 d. C los romanos invaden la península Ibérica para presentar la batalla al poderoso general cartaginés Aníbal quien había atravesado los Alpes con sus elefantes para vencer a Roma.
La ofensiva romana en Hispania fue imparable y el ejército cartaginés se tuvo que replegar hacia la Bética donde el general romano Publio Cornelio Escipión El Africano conquistó el Valle del Guadalquivir.
Es en el año 206 d. C cuando se produce la última batalla entre los contendientes conocida como la batalla de Ilipa, en la actual Alcalá del Rio (Sevilla) donde el ejército cartaginés fue vencido. Cuenta la historia que en esta batalla participaron unos 60.000 soldados iberos, contendientes en ambos bandos.
Una vez sometidos los cartagineses, el general romano Cayo Flaminio asedio y conquistó la ciudad de Licabrum haciendo prisionero al caudillo Corribilo (197 d. C).
Posteriormente Roma la cambia de nombre por el de Igabrum desarrollándose notablemente siendo nombrado Magnum Municipium.
En el año 45 d. C es cuando se ve involucrado en la Guerra Civil entre César y Pompeyo, celebrándose en su cercanía la batalla de Munda.
En el siglo I Igabrum se adhiere al Conventus Jurídicus XIV Antigitanvs, uno de los cuatro integrados en la provincia romana de Bética.
El siglo III Igabrum es una de las ciudades romanas donde se asienta el cristianismo, siendo considerado como sede episcopal del siglo IV. Hay noticias de sus obispos como Sinagio que asistió al Concilio Iliberitano, Juan que suscribió el III Concilio de Toletum, Deodato, Gratino y Constantino que vivieron en el siglo VII.
Hay testimonios que la época donde la Iglesia de San Juan Bautista del Cerro fue la sede de la catedral de aquella época y estaba construida sobre la antiguo templo dedicado a la diosa Fortuna.
También había un templo dedicado al dios Apolo con un importante acueducto de cerca a 9 km de longitud que fue ordenado construir por Marco Cornelio Novano Bebió Balbo, Prefecto del Colegio de Ingenieros y descendiente de la familia Balbo.
Según fuentes de la Antigüedad hay testimonios que contaban con una importante población judía.
Tras la caída del Imperio Romano, Cabra se convierte en un importante centro del reino visigodo, conocido como Egabro siendo condado y obispado entre los siglos VI y VIII, limitada territorialmente al norte por Espejo, al sur hasta Benameji o Antequera y el oeste con Puente Genil.
En el siglo VIII con la presencia musulmana en la península Ibérica, los musulmanes comenzaron a llamarle Qabra siendo la capital de una Cora o Provincia que abarcaba a las villas colindantes.
La supervivencia de la sede obispal cristiana se mantuvo hasta la invasión almohade con los obispos Recafredo y Reculfo.
Las diferencias socioeconómicas entre musulmanes y cristianos originaron frecuentes tensiones en el siglo IX y en el año 889 Qabra se une a la sublevación de los cristianos-mozárabe y muladíes del caudillo Omar Ibn Hafsun y se anexiona al territorio de este.
Omar Ibn Hafsun controla durante cincuenta años un territorio extenso en Andalucía y estuvo a punto de derrotar a los omeyas llegando hasta las puertas de Córdoba.
Fue al fin derrotado en Poley (Aguilar de la Frontera) y su hijo siguió la lucha manteniéndose el reino con su capital en Bobastro hasta que Abd-el-Rahman III el 928 lo condenó al destierro.
En el siglo XI con la desintegración del Califato de Córdoba (1031) se fundaron los reinos taifas y Qabra pasó a depender de la Taifa de Granada.
Posteriormente se desmembró en la Guerra de los berberiscos y los judíos defensores de la legitimidad omeya padecieron la venganza de los bereberes.
La comunidad judía bajo el poder musulmán desempeñarán un gran protagonismo en la política, en la cultura y en los negocios viviendo grandes etapas de esplendor seguidas de otras lamentables por la persecución que desembocaron en las matanzas como la de Granada en 1066 y del 1066 y Córdoba en 1013.
Con Alfonso VI las Taifas de Granada y Sevilla se convierten en feudatarias de Castilla y en el 1079 tuvo lugar en Cabra el legendario combate entre Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador, al mando de las tropas castellanas de Alfonso VI y las tropas del rey sevillano al-Mutamid que lucharon contra los bereberes ziries establecidos en Granada.
El Cid Campeador derroto al rey ziri de Granada Abd Allaha en la batalla de Cabra y en su castillo meso de las barbas a García Ordoñez, origen del Cantar del Mío Cid.
El rey ziri Abd Allah de Granada junto a los reyes de Sevilla y Badajoz solicitaron ayuda a los almorávides, Imperio africano de origen senegalés para evitar pagar las parias al rey castellano Alfonso VI.
Los almorávides entran en la Península en el 1086 y derrotan al rey castellano-leones Alfonso VI en la batalla de Sagrajas o Zalaca, cerca de Badajoz.
Los almorávides viendo la debilidad de los reinos taifas se enfrentan a éstos y los derrotan ocupando Cabra que sería conquistado en el 1090.
En el año 1124 el rey Alfonso I El Batallador de Aragón conociendo la insatisfacción de la población cristiano-mozárabe sometida por el fanatismo religioso de los almorávides, inicia una correría por Andalucía recorriendo Alcalá La Real, Luque, Baena, Écija, Cabra y Lucena venciendo a Abu Bakr, hijo del emir Ali ibn Yusuf en Aranzuel (hoy Puente Genil) en marzo del 1126.
Tras su victoria libero a muchos cristiano-mozárabes, algunos egabrenses y regresa al reino de Aragón donde asientan sus raíces.
Los cristianos-mozárabes que no quisieron emigrar al reino de Aragón fueron objeto de represalias y la mayor parte fueron deportados a Marruecos.
Posteriormente en el 1148, Cabra fue nuevamente invadida por otro Imperio africano, los almohades, una secta religiosa más fanática quienes ejercieron la represión contra los judíos egabrenses que no quisieron convertirse al Islam siendo duramente castigados.
Los supervivientes emigraron hacia el norte y se dirigieron a Toledo donde se asentaron y pudieron desarrollarse con más libertad.
En el año 1217 seria Fernando III El Santo quien recibiendo de su madre DªBerenguela el reino Castilla y de su padre Alfonso IX el reino de León siendo quien conquistaría Cabra del 1240 y por un pacto con sus habitantes mantuvieron sus costumbres y su religión.
Tras la conquista cede su gobierno al Adelantado Mayor de la Frontera de Andalucía, su hermanastro D. Rodrigo Alfonso de León.
Posteriormente se unifican las Cortes de León y de Castilla bajo la persona de Fernando III y surge la corona de Castilla que está formada por el reino Castilla, de León, de Toledo, de Jaén reinos y señoríos conquistados a los árabes.
Así que Cabra comienza a formar parte de la Corona de Castilla desde el primer momento de su fundación.
A finales del 1279 Alfonso X El Sabio hijo de Fernando III El Santo cedió a su hijo el infante Pedro de Castilla la villa y el castillo de Cabra como recompensa por su actuación en el fracasado sitio de Algeciras del 1278.
A la muerte del infante la mayor parte de los señoríos incluyendo Cabra fueron heredados por D. Sancho de Castilla.