Luca Pagni (Roma, 1971). Fotógrafo, ganador de numerosos premios en Italia y en el extranjero. Crítico de fotografía. Promotor, junto con Lucio Valerio Pini, del Comité para la Promoción de la Fotografía (C.P.F.). Componente del comité científico de la revista "Photographie Magazine", actualmente está a cargo de la página www.photographers.it/cultura/index.cfm
Apasionado de la historia de la fotografía de guerra, desde 1995 se ha dedicado en particular al estudio de la foto "El miliciano que cae", de Robert Capa, acumulando sobre esta única imagen una documentación que está entre las más completas que existen.
Robert Capa: una historia de película.
Texto © Luca Pagni, Roma 7 de Septiembre de 2.003.
En los próximos días comenzarán en España las tomas de un nuevo documental dedicado al célebre fotógrafo de guerra Robert Capa y a su imagen más famosa, “El miliciano que cae”, hecha en el curso de la guerra civil española y fechada oficialmente el 5 de Septiembre de 1.936 en el “Cerro de la Coja” durante la batalla de Cerro Muriano. La foto reproduciría la caída en el frente de un miliciano republicano que permaneció anónimo hasta 1.995 cuando habría sido identificado como Federico Antonio Borrell García, llamado “Taíno”. El documental en preparación, realizado en parte gracias a una subvención de la “Junta de Andalucía” y presentado a la prensa el pasado 5 de Septiembre, será realizado por Adrian Lipp (productor) y Jan Arnold (director) con el asesoramiento histórico de Francisco Moreno Gómez, autor del libro “La Guerra Civil en Córdoba (1.936-1.939)”. Contará la vida de Capa y la del miliciano de la foto, y saldrá en español con el título “No olvidar”, y en inglés, para el mercado internacional, con el título “Heroes never die” (“Los héroes no mueren nunca”). ¿Pero ofrecerá efectivamente los hechos desnudos al juicio del público o de nuevo volverá a reforzar, sin ponerlo en discusión, el valor simbólico, metafórico y, en último término, propagandístico, que esta foto –bellísima e indudablemente poderosa- tiene desde siempre asociado a ella? Durante la conferencia de prensa el historiador Moreno Gómez ha subrayado como el lugar en que fue hecha la foto de Capa es “un símbolo de la lucha por la democracia” y ha hecho un llamamiento para que las autoridades locales obtengan del Ministerio de Defensa la cesión del terreno para erigir allí un monumento “a todos los que lucharon por la libertad y la democracia”. Una idea que trae a la mente el “National Iwo Jima Memorial Monument” levantado en Newwington (Connecticut) e inspirado en la famosa foto de Joe Rosenthal “Iwo Jima Flag Raising”, que recoge a los “marines” izando la bandera americana sobre el monte Suribachi en Iwo Jima. El pie de esta foto revela enseguida al espectador que se trata de una “reconstrucción histórica”, realizada después del fin de la batalla. Al contrario, en torno a la autenticidad de la foto del miliciano continuaron las polémicas se enconaron durante decenios y no parece que siquiera hoy día se haya logrado una prueba concluyente ni a favor ni en contra de la tesis de que se trata, efectivamente, de una instantánea de guerra que recoge un hombre, un combatiente por la libertad, que cae herido de muerte por el fuego enemigo.
La agencia fotográfica Mágnum, que aún hoy es titular de los derechos de reproducción, ha modificado poco a poco en el trascurso de los años los pies que apostillan y comentan esta foto.
He aquí las tres versiones del mismo pie de foto:
“September 5th, 1936(¿). Republican soldier”.
“Probably September 5th, 1936. Loyalist militia”.
“September 5, 1936. Republican militiaman (Federico Borrell García) al momento de su muerte. (“The Falling Soldier”). ICP 154”.
Este pie de foto revela como si hubiese una presión ideológica sobre la presentación de la foto, visto que a día de hoy no se han encontrado pruebas documentales ciertas de que sea ciertamente Borrell retratado en el momento en que cae herido de muerte en el curso de la batalla de Cerro Muriano.
Hay además un problema de tipo puramente técnico: en 1936 las cámaras fotográficas “Contax” y “Leica” ofrecían tiempos de exposición de la pose B a 1/1000 seg.
Para congelar el movimiento de un hombre que cae, tomado lateralmente, es necesario al menos 1/125 de segundo.
Es científicamente improbable que un hombre pueda morir en un lapso de tiempo tan breve.
(Para el análisis de todos los documentos a favor o en contra de la autenticidad de la foto véase: http://www.photographers.it/articoli/Capa.htm). El mismo biógrafo de Capa, diamantino en el sostener la autenticidad de la foto y la identidad del sujeto, y pronto a acusar de implícita mala fé o incompetencia a cualquiera que se aventure a someterla a verificación, ha admitido en realidad, en más de una ocasión, que las circunstancias en que fue hecha la foto fueron referidas por Capa en muchas, distintas y opuestas versiones, ninguna de las cuales probadamente incontrovertible. Mucho menos –no obstante las aparentes certezas sobre las que se fundamenta la reconstrucción histórica del documental de Lipp y Arnold- se puede afirmar efectivamente que sea cierta la identidad del sujeto de la foto: pruebas documentales de que el miliciano sea efectivamente Borrell, captado en el momento en que cae herido de muerte en Cerro Muriano, no se han encontrado a día de hoy. El primero en asociar el nombre de Borrell a la foto del miliciano ha sido el historiador Mario Brotons Jordá, natural de Alcoy, en su libro “Retazos de una época de inquietudes” (1995). Según Brotons –que combatió él mismo en Cerro Muriano- tanto los archivos de Salamanca como en los de Madrid <<sólo, y únicamente, registran un muerto, en singular, y con el nombre conocido de todos nosotros de Federico Borrell García, el “Taíno”>>. La afirmación de Brotons –juzgada una prueba concluyente también por el biógrafo de Capa, Whelan- no parece sostenerse a una subsiguiente y simple verificación: los directores de los archivos militares de Salamanca, Madrid, Avila y Segovia, interpelados directamente, afirman que no existe documento alguno que testimonie la muerte de un soldado que responde al nombre de Federico Borrell García. Verificaciones sucesivas efectuadas en los registros civiles han llevado a la conclusión de que la muerte de Federico Borrell García no está, incluso, inscrita a día de hoy. En el Registro Civil de Benilloba –lugar de nacimiento de Borrell- en el período de tiempo comprendido entre el 1 de Enero de 1930 al 31 de Diciembre de 1.940, la muerte de Federico Antonio Borrell García no está anotada sobre documento alguno y, en particular, sobre su certificado de nacimiento, como es tradición en España. El hombre identificado como “El miliciano que cae” no resulta por ello, aún hoy y al menos desde el punto de vista burocrático, ni siquiera estar muerto.
Apasionado de la historia de la fotografía de guerra, desde 1995 se ha dedicado en particular al estudio de la foto "El miliciano que cae", de Robert Capa, acumulando sobre esta única imagen una documentación que está entre las más completas que existen.
Robert Capa: una historia de película.
Texto © Luca Pagni, Roma 7 de Septiembre de 2.003.
En los próximos días comenzarán en España las tomas de un nuevo documental dedicado al célebre fotógrafo de guerra Robert Capa y a su imagen más famosa, “El miliciano que cae”, hecha en el curso de la guerra civil española y fechada oficialmente el 5 de Septiembre de 1.936 en el “Cerro de la Coja” durante la batalla de Cerro Muriano. La foto reproduciría la caída en el frente de un miliciano republicano que permaneció anónimo hasta 1.995 cuando habría sido identificado como Federico Antonio Borrell García, llamado “Taíno”. El documental en preparación, realizado en parte gracias a una subvención de la “Junta de Andalucía” y presentado a la prensa el pasado 5 de Septiembre, será realizado por Adrian Lipp (productor) y Jan Arnold (director) con el asesoramiento histórico de Francisco Moreno Gómez, autor del libro “La Guerra Civil en Córdoba (1.936-1.939)”. Contará la vida de Capa y la del miliciano de la foto, y saldrá en español con el título “No olvidar”, y en inglés, para el mercado internacional, con el título “Heroes never die” (“Los héroes no mueren nunca”). ¿Pero ofrecerá efectivamente los hechos desnudos al juicio del público o de nuevo volverá a reforzar, sin ponerlo en discusión, el valor simbólico, metafórico y, en último término, propagandístico, que esta foto –bellísima e indudablemente poderosa- tiene desde siempre asociado a ella? Durante la conferencia de prensa el historiador Moreno Gómez ha subrayado como el lugar en que fue hecha la foto de Capa es “un símbolo de la lucha por la democracia” y ha hecho un llamamiento para que las autoridades locales obtengan del Ministerio de Defensa la cesión del terreno para erigir allí un monumento “a todos los que lucharon por la libertad y la democracia”. Una idea que trae a la mente el “National Iwo Jima Memorial Monument” levantado en Newwington (Connecticut) e inspirado en la famosa foto de Joe Rosenthal “Iwo Jima Flag Raising”, que recoge a los “marines” izando la bandera americana sobre el monte Suribachi en Iwo Jima. El pie de esta foto revela enseguida al espectador que se trata de una “reconstrucción histórica”, realizada después del fin de la batalla. Al contrario, en torno a la autenticidad de la foto del miliciano continuaron las polémicas se enconaron durante decenios y no parece que siquiera hoy día se haya logrado una prueba concluyente ni a favor ni en contra de la tesis de que se trata, efectivamente, de una instantánea de guerra que recoge un hombre, un combatiente por la libertad, que cae herido de muerte por el fuego enemigo.
La agencia fotográfica Mágnum, que aún hoy es titular de los derechos de reproducción, ha modificado poco a poco en el trascurso de los años los pies que apostillan y comentan esta foto.
He aquí las tres versiones del mismo pie de foto:
“September 5th, 1936(¿). Republican soldier”.
“Probably September 5th, 1936. Loyalist militia”.
“September 5, 1936. Republican militiaman (Federico Borrell García) al momento de su muerte. (“The Falling Soldier”). ICP 154”.
Este pie de foto revela como si hubiese una presión ideológica sobre la presentación de la foto, visto que a día de hoy no se han encontrado pruebas documentales ciertas de que sea ciertamente Borrell retratado en el momento en que cae herido de muerte en el curso de la batalla de Cerro Muriano.
Hay además un problema de tipo puramente técnico: en 1936 las cámaras fotográficas “Contax” y “Leica” ofrecían tiempos de exposición de la pose B a 1/1000 seg.
Para congelar el movimiento de un hombre que cae, tomado lateralmente, es necesario al menos 1/125 de segundo.
Es científicamente improbable que un hombre pueda morir en un lapso de tiempo tan breve.
(Para el análisis de todos los documentos a favor o en contra de la autenticidad de la foto véase: http://www.photographers.it/articoli/Capa.htm). El mismo biógrafo de Capa, diamantino en el sostener la autenticidad de la foto y la identidad del sujeto, y pronto a acusar de implícita mala fé o incompetencia a cualquiera que se aventure a someterla a verificación, ha admitido en realidad, en más de una ocasión, que las circunstancias en que fue hecha la foto fueron referidas por Capa en muchas, distintas y opuestas versiones, ninguna de las cuales probadamente incontrovertible. Mucho menos –no obstante las aparentes certezas sobre las que se fundamenta la reconstrucción histórica del documental de Lipp y Arnold- se puede afirmar efectivamente que sea cierta la identidad del sujeto de la foto: pruebas documentales de que el miliciano sea efectivamente Borrell, captado en el momento en que cae herido de muerte en Cerro Muriano, no se han encontrado a día de hoy. El primero en asociar el nombre de Borrell a la foto del miliciano ha sido el historiador Mario Brotons Jordá, natural de Alcoy, en su libro “Retazos de una época de inquietudes” (1995). Según Brotons –que combatió él mismo en Cerro Muriano- tanto los archivos de Salamanca como en los de Madrid <<sólo, y únicamente, registran un muerto, en singular, y con el nombre conocido de todos nosotros de Federico Borrell García, el “Taíno”>>. La afirmación de Brotons –juzgada una prueba concluyente también por el biógrafo de Capa, Whelan- no parece sostenerse a una subsiguiente y simple verificación: los directores de los archivos militares de Salamanca, Madrid, Avila y Segovia, interpelados directamente, afirman que no existe documento alguno que testimonie la muerte de un soldado que responde al nombre de Federico Borrell García. Verificaciones sucesivas efectuadas en los registros civiles han llevado a la conclusión de que la muerte de Federico Borrell García no está, incluso, inscrita a día de hoy. En el Registro Civil de Benilloba –lugar de nacimiento de Borrell- en el período de tiempo comprendido entre el 1 de Enero de 1930 al 31 de Diciembre de 1.940, la muerte de Federico Antonio Borrell García no está anotada sobre documento alguno y, en particular, sobre su certificado de nacimiento, como es tradición en España. El hombre identificado como “El miliciano que cae” no resulta por ello, aún hoy y al menos desde el punto de vista burocrático, ni siquiera estar muerto.