Gracias al Teleclub, más de uno aprendimos a jugar al ajedrez. Además recuerdo con mucho cariño, como la directiva, en las asambleas, nos "obligaba" a que nos lleváramos un libro de la biblioteca a casa, para ver sí de este modo, nos daba por leerlo. Unas veces lo leíamos, y otras no; pero ahí quedaba eso.