La procesión del Viernes Santo, casi siempre terminaba un poco apresuradamente, unos años a causa del agua y otros a causa de la mojadura de algunos penitentes que no respetaban el verdadero sentido de esas manifestaciones de religiosidad de un pueblo. Normal que el jarote se cabreara y me parece que con razón, sobre todo cuando nadie asistía obligado. Años despues a Murillo, también le fastidiaron alguna que otra procesión y me parece que los mismos o cercanos y por supuesto, otro jarote cabreado. Por cierto, los conquisteños también nos cabreamos y de cabreos solemnes de conquisteños han salido clausuras de bailes etc. etc. Por lo tanto, no echemos siempre la carga para el mismo. Gracias.