¡Qué lo cuente! ¡Qué lo cuente!
Hablando de rosquillos, mi madre y mi prima Manuela hacían unos rosquillos en la "candela" que a mi me gustaban y me los comía hasta calientes; tiernecitos, era cosa fina. Pero bueno, al final cuando ya apenas quedaban y se ponían un poco duros, aún así, estaban buenísimos. Por cierto, estas navidades, mi hermano Tomás y su Sra. Mercedes, también los hicieron, y por supuesto, ¡buenos! ¡buenos ¡.
Hablando de rosquillos, mi madre y mi prima Manuela hacían unos rosquillos en la "candela" que a mi me gustaban y me los comía hasta calientes; tiernecitos, era cosa fina. Pero bueno, al final cuando ya apenas quedaban y se ponían un poco duros, aún así, estaban buenísimos. Por cierto, estas navidades, mi hermano Tomás y su Sra. Mercedes, también los hicieron, y por supuesto, ¡buenos! ¡buenos ¡.