Sin zapatos
Este pequeño relato está dedicado a mi querido PLUKY
Cuando tenia unos seis años o algo así, recuerdo como no sólo yo sino muchos niños de mi pueblo no teníamos zapatos, como mucho unas sandalias que nos hacia el zapatero en mi caso como a todos los fuenteceros el zapatero se llamaba Alfonso. Eran unas sandalias casi de uso exclusivo para los Domingos y fiestas de guardar, para el resto de los días solíamos ir descalzos porque aquellas sandalias tenían que durar mucho tiempo que para eso no las hacían como un número o dos más de lo que calzábamos y ¡cuidado que eran duras!, cuando digo duras poco elásticas y así ocurría que andábamos siempre con heridas en los pies que nos hacían las jodidas sandalias.
Estábamos tan acostumbrados a ir descalzos que recuerdo las carreras que organizaba mi primo Sebastián, el lugar de partida esta situado en la esquina de la calle Torrecampo (antes 28 de Marzo) y Felipe II (más conocido como Ronchamoñigos) era de dos en dos y cada uno salía en una dirección distintas, el primero en llegar al lugar de partida el ganador como es obvio.
Nos juntábamos así que recuerde y a ojo de buen cubero, Los Tomachicos, Chicharrilla, algún Carmonilla, Silverio, quizás algún Isabelo, seguro que algún Grillo y así un largo etc. de gente nacida entre el 48 y 51 o quizás más.
Cuando sabes de donde vienes son fáciles muchas de las cosas que ocurren ahora y, además te ayuda a sobrevivir a pequeñas naderías que te pasan ahora.
Este pequeño relato está dedicado a mi querido PLUKY
Cuando tenia unos seis años o algo así, recuerdo como no sólo yo sino muchos niños de mi pueblo no teníamos zapatos, como mucho unas sandalias que nos hacia el zapatero en mi caso como a todos los fuenteceros el zapatero se llamaba Alfonso. Eran unas sandalias casi de uso exclusivo para los Domingos y fiestas de guardar, para el resto de los días solíamos ir descalzos porque aquellas sandalias tenían que durar mucho tiempo que para eso no las hacían como un número o dos más de lo que calzábamos y ¡cuidado que eran duras!, cuando digo duras poco elásticas y así ocurría que andábamos siempre con heridas en los pies que nos hacían las jodidas sandalias.
Estábamos tan acostumbrados a ir descalzos que recuerdo las carreras que organizaba mi primo Sebastián, el lugar de partida esta situado en la esquina de la calle Torrecampo (antes 28 de Marzo) y Felipe II (más conocido como Ronchamoñigos) era de dos en dos y cada uno salía en una dirección distintas, el primero en llegar al lugar de partida el ganador como es obvio.
Nos juntábamos así que recuerde y a ojo de buen cubero, Los Tomachicos, Chicharrilla, algún Carmonilla, Silverio, quizás algún Isabelo, seguro que algún Grillo y así un largo etc. de gente nacida entre el 48 y 51 o quizás más.
Cuando sabes de donde vienes son fáciles muchas de las cosas que ocurren ahora y, además te ayuda a sobrevivir a pequeñas naderías que te pasan ahora.