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CONQUISTA: Una historia quiero colgar en el foro de Conquista,...

Una historia quiero colgar en el foro de Conquista, más miedo me da por si no acierto con el compás de agradar, una historia sin más de un niño singular.
La coloco, no la coloco ese es el dilema, después de las dudas decido insertar, historia para recordar tiempos de la niñez, contada por uno pero que puede valer para cualquier

NIÑO TRAVIESO

En un lugar del norte de Andalucía, lindando con Ciudad Real y bañada por el río Guadalmez,, el Arroyo Grande o de Pedro Fernández y el arroyo de la Juntona, se encuentra Conquista, pueblo pequeño no con mucha historia pero con una gente, que para si las quisieran otros.
Como decía en Conquista nació un niño que según dicen vino muy escuálido y enfermo a este mundo, ¡como vendría! que cuentan que tan malito estuvo que al borde de la muerte se encontró. Por entonces ya existía un antibiótico conocido como la Penicilina y descubierto por un francés llamado Pasteur, con este y los buenos oficios de su padre para camelarse al farmacéutico, (este medicamento estaba racionado) y las atención del galeno de turno más los cuidados de su madre y abuela, hizo que saliera flote y sino era muy hermoso ni muy guapo si que decían que era travieso, más bien se diría que malo, que es como se les llamaba a los niños de aquella época por ser de esa condición.
Mil historias podría contar de él como de cualquier niño de su edad, pero está que voy a relatar a la memoria le ha venido de una forma voluntaria y espontánea y es como sigue.
Por debajo del cine de invierno, es decir por debajo de la casa de Rufino había un solar, en el mismo un pollino paciendo de un forma placentera y este niño malo no se le ocurrió otra cosa que ir a molestar al animal, ¿Qué imagináis que hizo? Pues eso mismo, agarrar del rabo el pollino que ni corto ni perezoso le arreo una coz en la cabeza que le abrió una brecha que aún la conserva y que el poco pelo que le queda se la cubre. Sangrando se fue calle arriba hasta su casa y no encontrándose nadie en casa pero si una pila llena de agua metió la cabeza y empezó a lavarse la herida y mientras más se lavaba más sangraba, cogió una sabana que andaba cercana a la pila y se envolvió por la cabeza para cortar la hemorragia, en estas estaba cuando entró una vecina como si se hubiera olido la tostá y le preguntó ¿pero que te ha pasado? Era más que evidente lo que lo había pasado, quitó la envoltura y, al ver la herida casi le da algo, se puso mano a la obra y con todo el cariño del mundo me curó y le dejó listo para la revista de los padres, ¡madre mía! Que bronca le dieron, no sé si escapó alguna bofetada pero desde luego la regañina fue de órdago, eso no le amilano para seguir con otras aventuras que siempre y cuando salga como esta de una forma espontánea serán contadas para conocimiento de todos.