MI PATINETE II
El domingo volví a coger mi patinete y me fui a la altura de antiguo Almacen del trigo, allá por el Cerrillo y sin más, sin encomendarme a nadie, salí a toda leche bajando la cuesta debajo de la Carretera, tal fuera el Burraco, yo con los brazos extendido, el con las puertas abiertas por si tenían que tirarse en marcha, en mi veloz bajada creo a ver visto a los hermanos Rodriguez Alamillo, Nieves y Antonio así como a Maribel y Juanan y, creo haberles oído decir algo así como en las estación no vemos, la velocidad me dio para llegar hasta la caseta de Moraño, antes, ahora la casa de Pedro, habiendo atravesado el Arroyo Grande y, con un pequeño ejercicio de ayuda con el pie en el Barrio de la Estación estaba, mis amigos los Luque, allí me los encontré, gestos les hice para que me siguieran y, en camino hacia el Sir Tomas, a Angelita y Ana María me encontré y juntos todos en el Sir Tomas nos convidamos y, a donde llegaron los Rodriguez Alamillo y demás y, rato agradable y divertido pasamos.
El domingo volví a coger mi patinete y me fui a la altura de antiguo Almacen del trigo, allá por el Cerrillo y sin más, sin encomendarme a nadie, salí a toda leche bajando la cuesta debajo de la Carretera, tal fuera el Burraco, yo con los brazos extendido, el con las puertas abiertas por si tenían que tirarse en marcha, en mi veloz bajada creo a ver visto a los hermanos Rodriguez Alamillo, Nieves y Antonio así como a Maribel y Juanan y, creo haberles oído decir algo así como en las estación no vemos, la velocidad me dio para llegar hasta la caseta de Moraño, antes, ahora la casa de Pedro, habiendo atravesado el Arroyo Grande y, con un pequeño ejercicio de ayuda con el pie en el Barrio de la Estación estaba, mis amigos los Luque, allí me los encontré, gestos les hice para que me siguieran y, en camino hacia el Sir Tomas, a Angelita y Ana María me encontré y juntos todos en el Sir Tomas nos convidamos y, a donde llegaron los Rodriguez Alamillo y demás y, rato agradable y divertido pasamos.
Y al pasar por el control (esquina de la Bodega), allí estaban Adolfo "El amiguete" y sus hermanos ¿Quinín? y Alonso, que han venido de Cataluña a pasar estas fiestas, y por supuesto Moisés, Antonio y José Herminio.
Quien no recuerda aquella frase, lanzada a un "suicida" que venía de la Carretera abajo en bicicleta sin frenos, y en la esquina del control, una vecina del lugar, al verle tan "embalao", se echa las manos a la cabeza y exclama: ¡Ay, qué no coge la "recurvera"!
Quien no recuerda aquella frase, lanzada a un "suicida" que venía de la Carretera abajo en bicicleta sin frenos, y en la esquina del control, una vecina del lugar, al verle tan "embalao", se echa las manos a la cabeza y exclama: ¡Ay, qué no coge la "recurvera"!
Isabelo, eres un monstruo de sabiduria de memoria y todo lo que se tercie, siempre ahi al quite y añadiendo otras cositas guapas y de mucha enjundia