CONQUISTA: Cuando leí el relato de JMR sobre la primera bicicleta...

Cuando leí el relato de JMR sobre la primera bicicleta que vino a Conquista recordé la que tenia mi padre, que no digo que fuera aquella primera, sino una, que para mi fue en la que aprendí a montar como muchos de nosotros por debajo del cuadro, ya que no llegábamos por arriba. Esta bicicleta fue tuneada por mi padre para dejarla más ligera, cambió el sistema de frenos de varillas por uno de cables, las ruedas más estrechas, el sillín y, alguna cosa más. Unas vez que ya el dominio era casi total unas de la cosas temerarias que hice junto con otros fué lanzarlos subidos encima de sillín desde el plazar, aproximadamente desde la puerta de la Carmeluchi, así hasta llegar a la Plaza.
Este recorrido y después de pasar una semana de bastante trabajo y no a ver podido usar mi patinete, ayer Domingo por fin lo he hecho, me levanté sobre las nueve más o menos, desayuné y, tranquilamente me vestir para la ocasión, chándal, sudadera, rodilleras y casco y, allí que me fui, me coloqué aproximadamente en mismo lugar y a tumba abierta, con la misma temeridad y la misma insconcencia y, desafiando a todo y todos en un pis pas en la Plaza me planté. En este recorrido y que por la velocidad apenas lo pude apreciar me deje atrás muchos recuerdos, viendo a las personas o las casas, nada más que salir a la izquierda el bar. De José, recuerda mi querido Pluky donde veíamos Bonanza, un poquito más abajo y la derecha el bar. De Pedro José, aunque disfrute de él cuando estaba mi. amigo el Rochero, los mejores botellines del mundo se bebían ahi, lugar donde se gestó la Banda del Titi, un pelin más abajo y ahora a la izquierda Los Pacorros, inmediatamente La Fragua de los Curros, creo que andaba Francisco el Curro trabajando en ella, de aquí cogiamos las brasas para el incensario y casi enfrente la Sacristía, cuantos momentos vividos en esos diez o doce metros cuadrados, ¿verdad Pluki? no olvido el comercio de las Mariquitas, ni el Estanco ni tampoco la Carpintería, en ese momento en la maza de la rueda estaban colocando los radios, todo de madera y, finalmente el bar. De Pepe el de antes, el que estaba en su propia casa.