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CONQUISTA: En el verano del año 1963, o alrededores, ocurrió un...

En el verano del año 1963, o alrededores, ocurrió un hecho "cultural" que marcó de una forma importante el lenguaje coloquial del pueblo de Conquista con la incorporación de una nueva palabra que pasó a enriquecer el ya de por sí bastante "rico" lenguaje.
Era el mes de julio, lo sé por que había clase en la "Academia" que estaba en la calle Nueva al lado del cuartel de la Guardia Civil.
La citada "Academia" era el verdadero propulsor del PICC (Producto Interior Cultural de Conquista) que lo componían:
pequeños burgueses + protegidos del cura Calero (monaguillos)+ estudiantes magisterio en prácticas + maestros nacionales sin plaza + maestros nacionales con plaza (en Conquista) + maestro cura + asignaturas aprobadas - asignaturas suspendidas.
Cuento todo esto para definir de una manera clara el entorno en el que se produjo aquella intervención que incorporó la nueva palabra.
Pepe García "Cantaca", que vivía en la calle Torrecampo (entonces 28 de Marzo) un poco por encima del Corral Concejo, en la acera de enfrente, era experto en el manejo de la enea, hacía y reparaba sillas con gran habilidad, siendo ésta su profesión.
Pepe pasaba por la calle Nueva justo por la puerta de la "Academia" cuando D. Francisco Calero, el cura, le invitó a pasar; y una vez dentro le pidió que echara un vistazo a las sillas que usaban los estudiantes para que tomara nota de los arreglos necesarios.
Pepe empezó la "inspección", silla por silla, con detenimiento, murmurando palabras ininteligibles, en algunos casos movía insistentemente la cabeza en actitud de aprobación y en otros de reprobación, ahora me hace recordar al clásico Sargento de semana pasando revista a los "pernoctas".
Una vez terminada la inspección, unas 30 sillas se quedó muy serio, miró al cura y pronunció estas palabras, que aún resuenan en mis oídos y que quedaron para siempre guardadas en mi memoria no pudiendo resistir la "claustrofobia" de la nostalgia; fué Pepe y dijo: "D. Francisco, estas sillas habría que "encolallas".
A partir de ese momento, no sé si habrá resistido el paso del tiempo, esta palabra fué usada, además con varias acepciones, por todas las clases sociales, políticas (entonces sólo una), culturales. etc. del pueblo de Conquista.