A mí también me trae muchos recuerdos. Creo que eran de color verde y me parecían super modernos. Me divierte mucho recordar cómo, en el verano, todas las niñas del barrio de la estación íbamos con botijos llenos de agua fresca a vender agua. Y las carreras que se producían cuando algún viajero nos llamaba por la ventana y todas a la vez queríamos llegar hasta él, con los consecuentes choques entre nosotras y los pitorros rotos. Esta actividad veraniega me permitía tener siempre unos ahorrillos para gastar en «Santana».
Ahora que lo dices, puede ser que también fueran verdes, pero yo los recuerdo azules (no azul marino oscuro, sino "azul eléctrico").
Me ha hecho mucha gracia lo de los botijos, jaja, qué tiempos!.
Un saludo.
Me ha hecho mucha gracia lo de los botijos, jaja, qué tiempos!.
Un saludo.
Isabel, me has hecho dudar con el color. Aprovecho este comentario para dirigirme a ti. Antes no lo he hecho porque no te recuerdo y me da un poco de vergüenza. Sé por tus comentarios que vivías en El Horcajo y casualmente mi abuela era de alli. A lo mejor algún familiar tuyo recuerda algo de ella. Se llamaba Rafaela Marín Carmona y posteriormente vivieron en La Garganta donde tenían unos huertos, que a su vez fueron expropiados cuando se construyó el Ferrocarril. Parte de su familia ha vivido y vive todavía en La Garganta.
Un saludo
Un saludo