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CONQUISTA: Soy una conquisteña de 36 años. Afortunadamente puedo...

Soy una conquisteña de 36 años. Afortunadamente puedo presumir de vivir en mi pueblo.
Mis hijas también son conquisteñas.
Mi marido tiene su corazón dividido entre Conquista y V. de Córdoba, pero su hogar está aquí, donde él mismo escogió.
A pesar de haber sido criticado e incluso humillado injustamente se siente feliz de compartir su día a día con los 300 ó 400 habitantes que luchamos durante todo el año por salir adelante.
El otro día leí en la pagina de Juan una antigua tradición, que mi marido desconocía y de la cuál se sorprendió.
Recuerdo cuando mi padre vendimiaba las sandias y las amontonaba en el corral de la casa. Cuando llegaban los santos, casi no quedaban, solo las feas y chicas, pero las suficientes para hacer faroles. Las abriamos por arribay con una cuchara las limpiabamos bien por dentro. Como ya a estas alturas del año, las sandias estaban pasadas se solian romper, pero cogiamos otra, no había problema, pues ya no servían para otra cosa. Cuando estaba bien limpia, le haciamos los ojos y la boca, también algun que otro adorno. Por último le metiamos una vela dentro. Con la guita de "alpaca" le hacíamos el asa para colgarla, en mi casa la sandía de los santos tenía su sitio, en la alcayata de la cantarera. Era algo que tenía en el olvido, pero después de que un paisano lo recordara no he podido resistir contar mi esperiencia.