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CONQUISTA: Ana Mª, pues ahora mismo no recuerdo si Manuela me...

Isabel, mi padre también era ferroviario - no sé si lo sabes por algún comentario de Manuela - él y otro compañero hicieron un viaje a Galicia para ver si les gustaba el sitio, pero el clima los desanimó, mi padre contaba que llovió todos los días que estuvieron allí. Sé que no siempre es así, yo he os he visitado tres veces y también he tenido días buenos. Ellos se decantaron por MONCADA-VALENCIA, en el caso de mi padre, el que ya estuviéramos mi hermana yo aquí en Benidorm le facilitó la elección.

Paco, mi padre entró a trabajar el año 1951 cuando -según la información que nos has pasado- todavía no era la F. E. V. E., y nos dieron para vivir una caseta cercana a Ojailén que la llamaban peñones al menos así es como yo lo recuerdo, en cuanto pudo pidió el traslado al Conquista.
Un saludo.

Ana Mª, pues ahora mismo no recuerdo si Manuela me lo ha comentado, pero creo que no.
Cada vez que alguien menciona que es hij@ de ferroviario, o cualquier otro parentesco con gente del ferrocarril de esa línea, como que siento algo especial.

Recuerdo perfectamente que mi padre también hizo ese viaje previo a Galicia en plan “sondeo” con otro compañero ferroviario del Horcajo (Bautista), y a la vuelta venían diciendo: “allí está todo muy verde!, hay muchas vacas!, y siempre llueve!”, pero lo que más repetían era: “siempre llueve”. Luego comprobé que tampoco era así exactamente, aunque “faga un sol de carallo”.

Y ya que dices que vosotros tirásteis para Valencia… cuántas veces ha recordado mi padre que nosotros podíamos estar ahora residiendo en Valencia, que le dieron esa opción en su momento, pero que al final se decidió por Galicia, porque a las estaciones gallegas se venían muchos compañeros que él conocía de la línea de Peñarroya, y por eso pensó que en Galicia estaría “menos solo” y “más acompañado”. Así fue, porque a lo largo de las estaciones de vía estrecha entre Ferrol y Oviedo, hubo una ´afluencia masiva´ de ferroviarios del Sur, y parecíamos una comunidad, como de la familia o algo así. Es que antiguamente, había mucho compañerismo entre los ferroviarios. Era muy frecuente que entre los del tren y los de las estaciones, se hicieran regalitos y favores personales de transporte de objetos: que si “dale estos melocotones a la familia tal de la estación tal”, que si “te mando un paquete en el tren con el maquinista tal o el interventor cuál…”, y ellos encantados de hacer el favor. Casi igual que ahora…

También me has traído recuerdos al mencionar la estación de Ojailén, porque allí vivían mi tío Tadeo y mi tía Teresa, esta última hermana de mi abuela Isabel. Vamos, que he pasado bastantes días y noches allí con ellos. Ya ves, me has hecho recordar muchas cosas.
Un beso.

PD: como ves, mi aportación a este foro, también es “de alto nivel intelectual”. No se nota ni ná que soy aldeana, jajaaa.