Isabel, voy a relatar brevemente un par de anécdotas sobre los bollos. La primera es a la que hace referencia Manuela en el mensaje. El bollo tenía el mismo precio que un tebeo de los que traían al estanco 1,25 y, ese era el dinero que nos daban para el almuerzo, como alas dos nos gustaba tanto leer, nos teníamos que conformar con medio bollo si queríamos saber qué le pasaba a Ingrid, al Capitan Trueno, al Jabato etc.
La otra es, que una amiga le "cogió prestado" a su madre un vale de esos que canjeaban por pan o por bollos y nos dieron 10, como no podíamos volver con ninguno nos los comimos todos, mi madre me puso hasta el termómetro preocupada por mi falta de apetito y yo sin poder dormir de la mala digestión. Desde entonces entre los bollos y yo hay algo personal.
Son pequeñas cosas que la vista de tu bonita fotografía hace evocar.
La otra es, que una amiga le "cogió prestado" a su madre un vale de esos que canjeaban por pan o por bollos y nos dieron 10, como no podíamos volver con ninguno nos los comimos todos, mi madre me puso hasta el termómetro preocupada por mi falta de apetito y yo sin poder dormir de la mala digestión. Desde entonces entre los bollos y yo hay algo personal.
Son pequeñas cosas que la vista de tu bonita fotografía hace evocar.