En mi libro: "Abd-el-Rahman II, Emir de Cordoba y su tiempo" incluyo la biografia de Ziryab, ilustre poeta y musico persa, residente el la Cordoba del siglo IX. He aqui mi relato.
4. PERSONAJES DE SU TIEMPO
Dentro de las figuras citadas conviene mencionar unos datos biográficos y de la obra del eminente músico Ziryab.
Abú al-Hasan Ibn Ali Ibn Nafi (789-857 d. C.) músico y poeta persa, procedente de Bagdad, llega a la corte cordobesa en año 822 d. C. donde asciende en fama y relevancia, siendo más conocido por algunos por el sobrenombre de Ziryab:<el pájaro negro cantor>, por asemejarse al mirlo, y según otros por el oscuro color de su tez.
Ya anteriormente fue el emir cordobés Abderraman II (788-852d. C) quien fue el primero en fundar un conservatorio musical en Al-Andalus, siendo considerados sus músicos como
rivales de los de Medina, donde se hallan los más excelentes (la tradición islámica atribuye a Suraiy, médico médinense el primero que empleo la batuta en la historia de la música, en el siglo VIII).
Sería Ziryab, quien introduciría en las escuelas de música andalusí el sistema árabe-pérsico, sistema que en la corte cordobesa era utilizado al mismo tiempo que el sistema griego y pitagórico. Ziryab había sido en la lejana Bagdad, el alumno aventajado de dos importantes músicos de la corte de Harun al-Raschid, como fueron Ibrahim Ibn Mahan de Kufa (m. 803d. C), llamado Al-Mausili (fue residente el Mosul), y su hijo Ishaq Ishaq al-Mausili (m. 849d. C) que, Ziryab al ver las cualidades con las que estaba dotado, por celos, le obligó abandonar la capital abbasi, para evitar opacar las suyas.
Ziryab era un auténtico polígrafo: poeta, el literato, astrónomo, geógrafo, y un refinado esteta.
Fue el verdadero árbitro de la elegancia y del refinado gusto e la Córdoba del siglo IX.
Como gourmet, además de enseñar a los cordobeses sus conocimientos culinarios, como el plato bagdadi de “albóndigas”, el consumo de tallos de las huertas o almunias, llamados “espárragos”, hoy dia manjar exquisito o ideando un antiguo plato cordobés de habas saladas y asadas, al que actualmente se llama<ziriabi> en honor a Ziryab.
También enseño a los cordobeses el orden en que debían servirse los platos, primero las sopas, después las carnes y por ultimo, los postres y los dulces. Las copas se fabricaron de vidrio en lugar de metal y se podía visualizar el color de la bebida elegida. Como esteta, inauguro en Córdoba un Instituto de belleza, donde enseñaba a peinarse, depilarse, usar afeite y a usar dentrífico.
Estableció un calendario de la moda, donde aconsejaba a usar el vestido con colores oscuros en invierno, con pellizas y abrigos de piel y en primavera y en verano, los vestidos de colores claros y telas ligeras y vaporosas.
No obstante, ante todo fue un gran músico. Se dice de él que sabía de memoria las letras y melodías de 10.000 canciones.
Fue el fundador de una gran academia musical y dio a conocer en Al-Andalus el instrumento islámico por excelencia, el ud (laúd), para el cual inventó una quinta cuerda.
Según Ziryab: “las cuatro cuerdas tradicionales encuentran su equilibrio en el universo. Ellas representan los símbolos de
los cuatro elementos: el aire, la tierra, el agua y el fuego. He coloreado las cuerdas para indicar su correspondencia con la naturaleza humana: la primera, roja, representa la sangre; la segunda, blanca representa la flema; la tercera, amarilla, es la bilis y la cuarta negra, la atrabilis (la causante de la melancolía según las antiguas creencias). La quinta cuerda es la que ocupa el lugar principal: es la del alma”.
Ziryab fabricó sus propios instrumentos, mejorándolos con innovaciones.
La laminilla de madera que se empleaba como plectro en el laúd la sustituyó por la pluma de águila con lo que se produjo un sonido más agradable en el instrumento.
Dice Ibn Jaldun: “El conocimiento de la música legado por Ziryab fue como una herencia a España, para transmitidse allí de generación en generación, hasta la época de los regulos de Taifas”.
Los diversos ritmos y melodías surgidos de la escuela andalusí, forjada por Ziryab, como las zambras, pasarían a América con los moriscos y formarían en danzas como la zamba, el gato, el escondido, el pericón, la milonga y la chacarera y el tango en la Argentina y el Uruguay, la cueca y la tonada de Chile, las llaneras de Colombia y Venezuela, el jarabe de México o la guajira y el danzón de Cuba.
La mayoría de los flamencólogos, incluso e intérpretes como Paco de Lucía, un cantaor de los quilates de Camarón de la Isla, José Monje Cruz, afirmaron el origen andalusí -morisco de su especialidad.
Fdo: Julio Reyes Rubio "Al-Mayriti"
4. PERSONAJES DE SU TIEMPO
Dentro de las figuras citadas conviene mencionar unos datos biográficos y de la obra del eminente músico Ziryab.
Abú al-Hasan Ibn Ali Ibn Nafi (789-857 d. C.) músico y poeta persa, procedente de Bagdad, llega a la corte cordobesa en año 822 d. C. donde asciende en fama y relevancia, siendo más conocido por algunos por el sobrenombre de Ziryab:<el pájaro negro cantor>, por asemejarse al mirlo, y según otros por el oscuro color de su tez.
Ya anteriormente fue el emir cordobés Abderraman II (788-852d. C) quien fue el primero en fundar un conservatorio musical en Al-Andalus, siendo considerados sus músicos como
rivales de los de Medina, donde se hallan los más excelentes (la tradición islámica atribuye a Suraiy, médico médinense el primero que empleo la batuta en la historia de la música, en el siglo VIII).
Sería Ziryab, quien introduciría en las escuelas de música andalusí el sistema árabe-pérsico, sistema que en la corte cordobesa era utilizado al mismo tiempo que el sistema griego y pitagórico. Ziryab había sido en la lejana Bagdad, el alumno aventajado de dos importantes músicos de la corte de Harun al-Raschid, como fueron Ibrahim Ibn Mahan de Kufa (m. 803d. C), llamado Al-Mausili (fue residente el Mosul), y su hijo Ishaq Ishaq al-Mausili (m. 849d. C) que, Ziryab al ver las cualidades con las que estaba dotado, por celos, le obligó abandonar la capital abbasi, para evitar opacar las suyas.
Ziryab era un auténtico polígrafo: poeta, el literato, astrónomo, geógrafo, y un refinado esteta.
Fue el verdadero árbitro de la elegancia y del refinado gusto e la Córdoba del siglo IX.
Como gourmet, además de enseñar a los cordobeses sus conocimientos culinarios, como el plato bagdadi de “albóndigas”, el consumo de tallos de las huertas o almunias, llamados “espárragos”, hoy dia manjar exquisito o ideando un antiguo plato cordobés de habas saladas y asadas, al que actualmente se llama<ziriabi> en honor a Ziryab.
También enseño a los cordobeses el orden en que debían servirse los platos, primero las sopas, después las carnes y por ultimo, los postres y los dulces. Las copas se fabricaron de vidrio en lugar de metal y se podía visualizar el color de la bebida elegida. Como esteta, inauguro en Córdoba un Instituto de belleza, donde enseñaba a peinarse, depilarse, usar afeite y a usar dentrífico.
Estableció un calendario de la moda, donde aconsejaba a usar el vestido con colores oscuros en invierno, con pellizas y abrigos de piel y en primavera y en verano, los vestidos de colores claros y telas ligeras y vaporosas.
No obstante, ante todo fue un gran músico. Se dice de él que sabía de memoria las letras y melodías de 10.000 canciones.
Fue el fundador de una gran academia musical y dio a conocer en Al-Andalus el instrumento islámico por excelencia, el ud (laúd), para el cual inventó una quinta cuerda.
Según Ziryab: “las cuatro cuerdas tradicionales encuentran su equilibrio en el universo. Ellas representan los símbolos de
los cuatro elementos: el aire, la tierra, el agua y el fuego. He coloreado las cuerdas para indicar su correspondencia con la naturaleza humana: la primera, roja, representa la sangre; la segunda, blanca representa la flema; la tercera, amarilla, es la bilis y la cuarta negra, la atrabilis (la causante de la melancolía según las antiguas creencias). La quinta cuerda es la que ocupa el lugar principal: es la del alma”.
Ziryab fabricó sus propios instrumentos, mejorándolos con innovaciones.
La laminilla de madera que se empleaba como plectro en el laúd la sustituyó por la pluma de águila con lo que se produjo un sonido más agradable en el instrumento.
Dice Ibn Jaldun: “El conocimiento de la música legado por Ziryab fue como una herencia a España, para transmitidse allí de generación en generación, hasta la época de los regulos de Taifas”.
Los diversos ritmos y melodías surgidos de la escuela andalusí, forjada por Ziryab, como las zambras, pasarían a América con los moriscos y formarían en danzas como la zamba, el gato, el escondido, el pericón, la milonga y la chacarera y el tango en la Argentina y el Uruguay, la cueca y la tonada de Chile, las llaneras de Colombia y Venezuela, el jarabe de México o la guajira y el danzón de Cuba.
La mayoría de los flamencólogos, incluso e intérpretes como Paco de Lucía, un cantaor de los quilates de Camarón de la Isla, José Monje Cruz, afirmaron el origen andalusí -morisco de su especialidad.
Fdo: Julio Reyes Rubio "Al-Mayriti"