La verdad es que era fantástico. Nos subíamos allí todas las noches de verano. Cuando más forasteros había en el pueblo.
Eso sí, precavidos éramos. Nos tumbábamos todos en el suelo, es decir en la tapa del deposito y desde allí, al tiempo que veíamos las estrellas, el más graciosillo nos deleitaba con chistes y cosas parecidas.
También nos subíamos litronas, pipas, etc.
Pero no sólo era el depósito, era la fuente del león, la báscula, el puente, etc, y cuantas veces nos hemos tirado en mitad ... (ver texto completo)
Eso sí, precavidos éramos. Nos tumbábamos todos en el suelo, es decir en la tapa del deposito y desde allí, al tiempo que veíamos las estrellas, el más graciosillo nos deleitaba con chistes y cosas parecidas.
También nos subíamos litronas, pipas, etc.
Pero no sólo era el depósito, era la fuente del león, la báscula, el puente, etc, y cuantas veces nos hemos tirado en mitad ... (ver texto completo)