La verdad es que era fantástico. Nos subíamos allí todas las noches de verano. Cuando más forasteros había en el pueblo.
Eso sí, precavidos éramos. Nos tumbábamos todos en el suelo, es decir en la tapa del deposito y desde allí, al tiempo que veíamos las estrellas, el más graciosillo nos deleitaba con chistes y cosas parecidas.
También nos subíamos litronas, pipas, etc.
Pero no sólo era el depósito, era la fuente del león, la báscula, el puente, etc, y cuantas veces nos hemos tirado en mitad... La verdad es que sobre el depósito del agua no puedo contar muchas cosas porque han sido muy pocas las veces que me he subido ahí arriba y es que la alturita se las trae!
¿Cómo se verá Cuenca desde ahí arriba una noche de los Quintos? Esta era la pregunta que nos haciamos nosotras y nunca hemos llegado a comprobar.Eramos muy pequeñas cuándo pensábamos esto y nos imaginábamos que cada cohetazo iluminaría las calles, con que lo que tantos cohetes a la vez en una noche nos ofrecería todo un espectáculo.... ¡No os subais encima del depósito del agua que eso cualquier dia se hunde!jaja.¿cuantas veces nos lo habrán dicho?