Voy a contar una anecdota que tuvo lugar aqui en la báscula hace ya unos 5 años o más.
Era veranito y como cada noche nos compranos nuestras bolsas de pipas y gusanitos para irnos a la báscula a echar el rato.Estábamos sentadas a lo largo de los dos muretes que hay a cada lado del plato para pesar;cuando vimos que un coche que venia de la Granja se dirigia hacia la báscula.
Era una época en que venían a menudo, uno de ellos rondaba a una de las nuestras, así es que nosotras nada más ver el coche ya sabiamos quienes eran de más y de sobra; pero dado que nuestra conversación era bastante más entretenida que la diversión que estos nos iban a proporcionar no hicimos mucho caso a su llegada.
El coche se paró justo delante de nosotras y el de la parte del copiloto, al que perfectamente ya habíamos visto quien era, se bajó y fue a colocarse con mayor o menor fortuna delante de la cara de una de nosotras, quedando su miembro a la altura justa de la cara de ésta.
No pudo preguntar otra cosa o con unas simples buenas noches hubiera servido sino que muy chulete va el y pregunta:
¡¿Quien soy?!
Respuesta obligada de ésta:
Pues por el paquete... Tienes que ser Isidro.
Todas empezamos a reirnos y aún hoy cada vez que me acuerdo me rio yo sola a carcajadas.La verdad es que han pasado tantas cosas aquí en la báscula que si todos contasemos algo nunca acabaríamos.
Un saludo para todas las que estabais allí esa noche.
Era veranito y como cada noche nos compranos nuestras bolsas de pipas y gusanitos para irnos a la báscula a echar el rato.Estábamos sentadas a lo largo de los dos muretes que hay a cada lado del plato para pesar;cuando vimos que un coche que venia de la Granja se dirigia hacia la báscula.
Era una época en que venían a menudo, uno de ellos rondaba a una de las nuestras, así es que nosotras nada más ver el coche ya sabiamos quienes eran de más y de sobra; pero dado que nuestra conversación era bastante más entretenida que la diversión que estos nos iban a proporcionar no hicimos mucho caso a su llegada.
El coche se paró justo delante de nosotras y el de la parte del copiloto, al que perfectamente ya habíamos visto quien era, se bajó y fue a colocarse con mayor o menor fortuna delante de la cara de una de nosotras, quedando su miembro a la altura justa de la cara de ésta.
No pudo preguntar otra cosa o con unas simples buenas noches hubiera servido sino que muy chulete va el y pregunta:
¡¿Quien soy?!
Respuesta obligada de ésta:
Pues por el paquete... Tienes que ser Isidro.
Todas empezamos a reirnos y aún hoy cada vez que me acuerdo me rio yo sola a carcajadas.La verdad es que han pasado tantas cosas aquí en la báscula que si todos contasemos algo nunca acabaríamos.
Un saludo para todas las que estabais allí esa noche.