Sres. Matías y Germán:
No me tengan a mal el no identificarme ni decir los nombres de mis antecesores (por respeto a su ausencia). Por supuesto que si digo nombres o apellidos les sonarán, pues, ya se sabe… quién no está emparentado poco o mucho en un lugar tan pequeño.
Al igual que yo he oído hablar de tanta gente y puedo relacionarla con un tiempo u otro, con alguna familia, con alguna calle… seguro que ustedes también. Más aún, habiendo residido en la aldea.
Aquí les dejo otros dos poemas
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LA MANTA DEL ABUELO
Padre, si se va el abuelo, / no le dé entera la manta,
saque usted el cuchillo y corte, / que con la mitad le basta.
- Ten compasión, hijo mío, / mira que está vieja y mala…
- No importa, padre, no importa, / que algunas peores se gastan;
y la otra mitad restante, / así podrá usted guardarla
para cuando sea abuelo… / por si acaso lo despachan.
Lloró abrazándolo el padre / y el abuelo quedó en casa,
mas no espere buenos frutos / quien da malas enseñanzas.
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