EL PORVENIR: Las gracias no se merecen Lolo, yo escribo las cosas...

Yo de pequeño cuando más feliz estaba era en los veranos, (si algo recuerdo de pequeño de una forma real y cruel eras los inviernos por el frío que pasé) empezaban los espárragos los cardillos y las raterrillas las moñudas los trigeros, y los tenazos empezaban a hacer sus nidos deseándo estaba que llegara la época para buscarlos los huebos los poníamos al trasluz y si se veían claros nos los metíamos en la boca chupábamos lo de dentro y escupíamos la cácara llegaba también la época que se secaban los riachuelos dejando algunos charcos donde los pájaros iban a vever, allí ponía los cepos o el esparto con liria y cuando empezaba a apretar el calor ya estaba yo en mi casa con algunos pájaros.
Yo recuerdo que despues de comer, esa época casi siempre gazpacho blanco o algún cocido y detrás una ensalada con agua, vinagre tomate y pepino te ponías a reventar con tanto caldo, y después mi madre nos ponía una manta en el suelo y hechábamos la siesta, por la rendijas de la puerta que daba a la calle entraba una especie de luz y sombra que se movía, y mi madre nos decía que esa sombra esra la madre del sol y que si no nos dormíamos nos llevaba con ella, yo era bastante pequeño y aquello duró algunos años, hasta que empecé a dejar de tener miedo de aquella sombra que se movía, entonces le decía que no tenía sueño y que quería irme al corral, sino fue ese verano sería al siguiente pero empecé a saltarme la tapia del corral y me iba a bañarme o a jugar o a pescar con algún amigo al río palanciano, los días de veranos a los niños de entonces se nos hacían cortos pues teníamos tantas cosas quwe hacer que llegaban las doces de la noche y aún estábamos jugando al escondite en la cebá que había delante de mi casa, recuerdo que se ponía mi madre en la esquina de Carmen la Argallona a llamrme para acostarnos, de pequeño siempre he sido muy perezosa para el aseo y a la hora de acostarse mi madre siempre me daba algún alpargatazo para que me lavara los pies y las manos ante de acostarme y alguna vez me ha sacado de la cama y me ha metido en la palangana encuero vivo.
Los veranos en la Raña yo creo que era realmente feliz y el campo que era lo que más me gustaba lo teníamos a la mano. Algunos veranos me iba para una temporada al cortijo de mi Tio Regalado a guardá las ovejas ya que ellos eran pastores, en tonces me iba a la majá con mi tio y dormíamos con las ovejas al raso, por la noche mi tio me contaba cuentos y relatos relacionados con la vida de los pastores, au´n recuerdo de memoria la que decía "estando yo en la mi choza", lo que peor llevaba eran las espinas de los cardos en los pies, pues en verano solíamos tener unas alpargatas de tela que siempre estaban rotas por el lado del dedo gordo.
Todo esto lo acabo de escribir de un tirón y sin correcciones así que si digo alguna tontería me la se´pais perdonar.

A mi amiga Rosarito, que me ha traído estos recuerdo pensando cuando ella se descalzaba por la calle en pleno verano.
Paco.

Hola Paco, encantado de saludarte

Todo lo que esplicas en este relato es veridico, tal como lo cuentas... ummmmmmmmm... cuantos bonitos recuerdos me han venido a la cabeza.. Recuerdo en verano ir a cazar ranas y renacuajos a las charcas y al arroyo de la carretera de La Granjuela... jugabamos al escondite en los trigales frente a nuestra casa.. La de nidos de muñuas que he llegado a coger.. trigueros y tenazos... lagartos... y toda clase de animalillos.

Gracias por refrescarnos la memoria, se nota que tienes el pueblo en tu corazón y en la cabeza, recibe un fuerte abrazo, y otro grande para tu señora y familia

Manuel

Las gracias no se merecen Lolo, yo escribo las cosas tal y como creo que me sucedieron a mí a veces acierto y otras meto la pata pero yo escribo como me salen sin pensarlas porque más que recuerdos de pensamiento son recuerdos del alma las cosas que vivimos en la niñez siempre nos acompañarán. Bueno campeón, un abrazo. Paco.