Hoy, día 24, jornada entrañable, sin duda la más entrañable del año, me asomo a este foro para, en primer lugar, desearos a todos los hijos del Porvenir las mejores fiestas y que el 2014 sea depositario de todas vuestras ilusiones y escenario de la época más fecunda para vosotros y todos los vuestros.
No sería posible desligar mis buenos deseos para todos vosotros de todo aquello que, por ser hijo del Porvenir, me impregnó desde muy niño. Saberse uno miembro de esa comunidad te curte no sólo en los apartados más difíciles de la vida sino también a la hora de establecer las relaciones con los demás desde la base de la lealtad y el más férreo compañerismo, valores que vosotros conocéis más que nadie.
En un día que conmemoramos el nacimiento del Niño Dios debo retrotraerme al día que ví la luz en esa bendita aldea. Nacer y crecer en el Porvenir me hizo ser la persona qye hoy soy y amar la vida de la forma que la amo. Esa forma de ser y de sentir estará siempre unida a nosotros, acaso porque supimos apreciar ya desde niños el precioso privilegio de sentirnos vivos. Ya desde el pitido que llamaba a los mineros a sus quehaceres bajo las entrañas de la tierra, la lucha por sobrevivir pasaba a formar parte del ADN de todos nuestros convecinos. De ahí que hayan pocos pueblos donde al valor de la existencia, a la exaltación del compañerismo, se le rinda tanto tributo como en nuestra aldea. Cada día de nuestras vidas podía ser el último y de ahí que al valor de la existencia unimos siempre la maravillosa sensación de vivir siempre en clave presente, proyectando en el futuro todos nuestros sueños y aquello que hoy somos.
Querría en un día como hoy poder mencionar a todos los que formásteis parte, de una forma u otra, de mi pasado, de aquella luz de mi niñez que aún hoy es capaz de sobreponerse a los días de penumbra. Sería imposible desgranar aquí el cúmulo de anécdotas, de historias, de lecciones morales, que de vosotros siempre tuve. Quiero que ese recuerdo encuentre el hueco que la memoria de mis padres merece. Ellos también sentirían hoy la imperiosa exigencia de abrazaros a todos y cada uno de vosotros para deciros, con la voz quebrada por la solemnidad de estas fiestas: ¡Gracias por haber formado parte de mi existencia más temprana! Gracias por tantas cosas que, gracias a vuestro ejemplo diario, contribuyeron a moldear al niño que quiso ser hombre y al hombre que hoy sueña con seguir siendo aquel niño del Porvenir. Que Dios os bendiga a todos en este día.
José Luis Caballero
Hijo de Estrella y Ramos (Bar Ramos)
No sería posible desligar mis buenos deseos para todos vosotros de todo aquello que, por ser hijo del Porvenir, me impregnó desde muy niño. Saberse uno miembro de esa comunidad te curte no sólo en los apartados más difíciles de la vida sino también a la hora de establecer las relaciones con los demás desde la base de la lealtad y el más férreo compañerismo, valores que vosotros conocéis más que nadie.
En un día que conmemoramos el nacimiento del Niño Dios debo retrotraerme al día que ví la luz en esa bendita aldea. Nacer y crecer en el Porvenir me hizo ser la persona qye hoy soy y amar la vida de la forma que la amo. Esa forma de ser y de sentir estará siempre unida a nosotros, acaso porque supimos apreciar ya desde niños el precioso privilegio de sentirnos vivos. Ya desde el pitido que llamaba a los mineros a sus quehaceres bajo las entrañas de la tierra, la lucha por sobrevivir pasaba a formar parte del ADN de todos nuestros convecinos. De ahí que hayan pocos pueblos donde al valor de la existencia, a la exaltación del compañerismo, se le rinda tanto tributo como en nuestra aldea. Cada día de nuestras vidas podía ser el último y de ahí que al valor de la existencia unimos siempre la maravillosa sensación de vivir siempre en clave presente, proyectando en el futuro todos nuestros sueños y aquello que hoy somos.
Querría en un día como hoy poder mencionar a todos los que formásteis parte, de una forma u otra, de mi pasado, de aquella luz de mi niñez que aún hoy es capaz de sobreponerse a los días de penumbra. Sería imposible desgranar aquí el cúmulo de anécdotas, de historias, de lecciones morales, que de vosotros siempre tuve. Quiero que ese recuerdo encuentre el hueco que la memoria de mis padres merece. Ellos también sentirían hoy la imperiosa exigencia de abrazaros a todos y cada uno de vosotros para deciros, con la voz quebrada por la solemnidad de estas fiestas: ¡Gracias por haber formado parte de mi existencia más temprana! Gracias por tantas cosas que, gracias a vuestro ejemplo diario, contribuyeron a moldear al niño que quiso ser hombre y al hombre que hoy sueña con seguir siendo aquel niño del Porvenir. Que Dios os bendiga a todos en este día.
José Luis Caballero
Hijo de Estrella y Ramos (Bar Ramos)
Yo tambien soy Ramos y mi familia toda del porvenir. Quien sabe jajaja