Esta localidad fue en su tiempo centro importante de fabricación de tejas y ladrillos, siendo numerosos los tejares en lo que trabajaron aldeanos como Don Patricio Gomez Leiva.
Este
pueblo presenta actualmente una fisonomía muy diferente a la de antaño, pues esta aldea, se reducía prácticamente a la
casas situadas en la parte baja, como se puede apreciar por las características de dichas construcciones. Actualmente, las casas más antiguas ocupadas antaño por inmigrantes trabajadores del
campo han sido derruidas debido al mal estado en que se encontraban y en cambio, se ha limpiado la zona se ha dejado como supuesta zona verde (pues a día de hoy no queda más que un descampado), aumentando así la calidad de vida del pueblo.
Otro acontecimiento importante para esta localidad fue la implantación de la Oleícola, empresa puntera en su día y que en la actualidad ha derivado gran parte de sus labores a otros destinos, cosa que los habitantes agradecieron considerablemente pues los constantes vertidos de residuos volátiles y humos procedentes de la actividad de esta central térmica eran
fuente de continuas quejas por parte de los aldeanos que cansados de esta situación veían la perdida de calidad de vida que en el pueblo esto generaba.
Fue también una aldea con un gran número de cantarerías (llegó a tener hasta siete), siendo muy valorada esta actividad en las poblaciones colindantes.
Son varias las
familias británicas que se han instalado de forma permanente en esta localidad, buscando la tranquilidad, la buena comunicación geográfica y el clima. Ello aporta un ambiente multicultural interesante, a pesar de que las
costumbres de estos nuevos inquilinos difiere en gran parte del resto de los habitantes de la localidad, pues su principal actividad lúdica consiste en pasar largas jornadas (en ocasiones de sol a sol) sentados en las
terrazas de los
bares locales a beber cerveza y demás bebidas alcohólicas hasta en ocasiones perder el conocimiento.
Es importante resaltar, que
El Tejar está situado dentro de la ruta del famoso bandolero "El Tempranillo", como bien lo señala la indicación sobre la
fachada de la
Iglesia.