Hacia la
fuente del
huerto
Yo la veía pasar...
Con nardos de desposorio
A su dulce rutilar.
Las rosas que ella robaba
A las rosas al pasar
Han formado una corona
En la fuente de cristal...
Desde entonces en la aldea
Ya nadie quiere cantar
En los
huertos y en
las eras... Solo hay ganas de llorar.