Una noticia que viene a corraborar lo dicho.
CAñADAS REALES
Recuperar antiguos caminos
LA VANGUARDIA - 07/08/2005
Cañadas reales, cordeles y veredas formaron en otro tiempo una amplísima red de vías pecuarias que recorrían todos los pueblos de Andalucía y de los que ahora apenas quedan vestigios. Hasta 32.000 kilómetros de vías pecuarias tuvo Andalucía antes de que los propietarios de las fincas colindantes o las administraciones se las adueñaran e incorporaran a sus patrimonios de forma ilegal. No es poca cosa, porque sumaban la impresionante cifra de 112.000 hectáreas. Ahora hay abierto un proceso administrativo largo y difícil, que casi siempre acaba en los tribunales, por el que la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía busca recuperar esas tierras.
Las cañadas reales medían 75 metros de ancho (90 varas castellanas) y equivalían a las actuales carreteras nacionales; los cordeles medían 37, 5 metros y eran algo así como las actuales comarcales, en tanto que las veredas medían 20, 89 metros y equivaldrían a las carreteras locales de ahora. En Andalucía, donde no era frecuente la trashumancia, se usaban como vías de comunicación y formaban una red reticular que comunicaba todos los núcleos urbanos. Por esos caminos circulaba el ganado o pasajeros en vehículos de tracción animal sin atravesar las propiedades privadas. Solían ser caminos naturales que fueron quedando en desuso con la irrupción de nuevos medios de transporte. Y todo lo que no se usa, desaparece. O, como todo lo que es de todos y en el fondo no es de nadie, siempre aparece quien se lo apropia.
El resultado es que apenas quedan vías pecuarias. En las proximidades de los municipios, esos caminos fueron convertidos en las principales avenidas y bulevares de acceso. En el campo, adelgazaron hasta desaparecer o quedar reducidas a su mínima expresión y fueron incorporadas en los registros de la propiedad como parte de las fincas colindantes. Todo ilegal. La Junta quiere recuperar ese patrimonio para convertirlo en corredores verdes rurales o rutas recreativas en las zonas metropolitanas. Para ello, creó la Oficina de Vías Pecuarias y un plan de Recuperación y Puesta en Uso de la Red Andaluza de Vías Pecuarias, a cuyo frente está Inmaculada Ortiz, que ha conseguido rescatar ya 2.500 kilómetros y tiene otros 5.000 en fase de expedientes de deslin-de, paso previo a la recuperación del dominio público. Se quiere recuperar al menos unos 24.000 de los 32.000 kilómetros no urbanos, porque el resto ha sido engullido por ciudades y pueblos.
"Será un proceso que llevará alrededor de 20 años, porque los afectados recurren a los tribunales. Aunque los jueces nos están dando la razón", señala Ortiz. Hay dificultades añadidas, porque aparecen propietarios que compraron de buena fe unas tierras por donde cruza una de estas vías. Pero la Oficina de Vías Pecuarias cuenta con respaldo legal, porque el carácter público de un bien no prescribe. Un caso concreto de recuperación son los 30 kilómetros del corredor verde metropolitano que parte de la avenida de la Raza de Sevilla. JOSé BEJARANO.
CAñADAS REALES
Recuperar antiguos caminos
LA VANGUARDIA - 07/08/2005
Cañadas reales, cordeles y veredas formaron en otro tiempo una amplísima red de vías pecuarias que recorrían todos los pueblos de Andalucía y de los que ahora apenas quedan vestigios. Hasta 32.000 kilómetros de vías pecuarias tuvo Andalucía antes de que los propietarios de las fincas colindantes o las administraciones se las adueñaran e incorporaran a sus patrimonios de forma ilegal. No es poca cosa, porque sumaban la impresionante cifra de 112.000 hectáreas. Ahora hay abierto un proceso administrativo largo y difícil, que casi siempre acaba en los tribunales, por el que la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía busca recuperar esas tierras.
Las cañadas reales medían 75 metros de ancho (90 varas castellanas) y equivalían a las actuales carreteras nacionales; los cordeles medían 37, 5 metros y eran algo así como las actuales comarcales, en tanto que las veredas medían 20, 89 metros y equivaldrían a las carreteras locales de ahora. En Andalucía, donde no era frecuente la trashumancia, se usaban como vías de comunicación y formaban una red reticular que comunicaba todos los núcleos urbanos. Por esos caminos circulaba el ganado o pasajeros en vehículos de tracción animal sin atravesar las propiedades privadas. Solían ser caminos naturales que fueron quedando en desuso con la irrupción de nuevos medios de transporte. Y todo lo que no se usa, desaparece. O, como todo lo que es de todos y en el fondo no es de nadie, siempre aparece quien se lo apropia.
El resultado es que apenas quedan vías pecuarias. En las proximidades de los municipios, esos caminos fueron convertidos en las principales avenidas y bulevares de acceso. En el campo, adelgazaron hasta desaparecer o quedar reducidas a su mínima expresión y fueron incorporadas en los registros de la propiedad como parte de las fincas colindantes. Todo ilegal. La Junta quiere recuperar ese patrimonio para convertirlo en corredores verdes rurales o rutas recreativas en las zonas metropolitanas. Para ello, creó la Oficina de Vías Pecuarias y un plan de Recuperación y Puesta en Uso de la Red Andaluza de Vías Pecuarias, a cuyo frente está Inmaculada Ortiz, que ha conseguido rescatar ya 2.500 kilómetros y tiene otros 5.000 en fase de expedientes de deslin-de, paso previo a la recuperación del dominio público. Se quiere recuperar al menos unos 24.000 de los 32.000 kilómetros no urbanos, porque el resto ha sido engullido por ciudades y pueblos.
"Será un proceso que llevará alrededor de 20 años, porque los afectados recurren a los tribunales. Aunque los jueces nos están dando la razón", señala Ortiz. Hay dificultades añadidas, porque aparecen propietarios que compraron de buena fe unas tierras por donde cruza una de estas vías. Pero la Oficina de Vías Pecuarias cuenta con respaldo legal, porque el carácter público de un bien no prescribe. Un caso concreto de recuperación son los 30 kilómetros del corredor verde metropolitano que parte de la avenida de la Raza de Sevilla. JOSé BEJARANO.