De su etapa
romana se conserva la estatuilla de la Dama de los Dioses, en la
Casa de la Cultura del
pueblo. En el siglo IV existía una ciudad romana llamada Cárbula de la que hablaba Plinio, y que algunos historiadores identifican con
Guadalcázar. La impronta de los árabes pervive debido a que en su término se extiende la llamada
Huerta Jonda, cuya alberca dicen que fue en su origen baño árabe. En esta época árabe recibió su actual nombre que significa
río del
palacio. Tras ser reconquistada por Fernando III, se donó a don Gonzalo Fernández de
Córdoba, quien la permutó por el señorío de Montilla. En 1609 fue erigida en marquesado en favor de don Diego Fernández de Córdoba, Virrey del
Perú. Luis Fernández de Córdoba, descendiente de Don Diego Fernández de Córdoba, fundó en esta villa el
Convento de monjas de la orden de
San Bernardo.