Pues, una vez iba uno con una burra a la Encinilla y al cruzar el Guadamatilla y mojarse la burra los cascos, por
costumbre ó hábito, estos animales hacen
aguas menores y estando en esos meneteres, vé venir un burro entero con las intenciones de siempre y mi buen hombre comenta por lo bajinis: Dios mio, dale pursos porque como se equivoque de agujero...