Te llenaba el cántaro por una perra gorda, o la habilidad de esas mujeres con el cántaro en la cabeza y a la guerra la luz, o la otra que hay enfrente y otras al pilar cada cual según pillaba En su barrio.
También había
pozo en muchas
casas, o esa vecina servicial que te ofrecía el suyo en mi
calle había una vecina donde siempre había gente tenían siempre la
puerta abierta al servicio de los que lo necesitaban y sin cobrar nada el pozo de la "tía mellaa" y l digo con todo el cariño que los recuerdo de cuando era pequeña y vivía al lado.