Este es más tontorrón y que conste me lo ha contado hoy un
amigo ciego.
Había una vez un melonero que tenía un loro y se lo llevaba a la
plaza a vender melones.
Entonces cuando el melonero pregonaba "Vendo melones.. vendo melones" el loro decía "tos podrios, tos podrios" y el hombre le pegaba una pata en un ojo.... pa que escarmentera y no lo dijera más.
Otra vez, "vendo melones, vendo melones" el loro "tos podrios, tos podrios" bum... otra patá en el otro ojo. A la tercera vez "vendo melones..
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