Lo de jugar al trompo lo hacíamos de varias maneras, poníamos perras chicas o parras gordas (monedas de 5ctmos ó de 10ctmos, no perras de cuatro patas) y había que sacarlas del círculo con el trompo, y el que más sacaba más ganaba porque se las quedaba. También jugábamos tirando el trompo al círculo y si no salía solo los demás lo sacaban a golpes con el suyo, cosa que en varias ocasiones salía roto que era lo que todos buscábamos, incluso había quién iba al herrero para que le cambiara la punta
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Sebastián, muy bueno todos esos recuerdos de los
juegos de nuestra infáncia. El
juego de la Billarda en algunas ocasiones, si estabas muy cerca, te solía saltar a la cara. El de los Trompos yo tenía uno con la pua bien afilada, algunos llegué a romper.
Esto en la actualidad se lo cuentas a los chicos de ahora, y la respuestas es (menuda manera de perder el tiempo) ¡Pero y lo bien que se pasaba! eso valía más que nada.