La vecinita de enfrente, sí, sí,
a los treinta se ha casado
con un señor de noventa, sí, sí,
que está to' desparramado.
Lo luce por los
paseos,
lo luce por los
teatros,
y va siempre por la
calle
paseándolo en un
carro.
Y con ironía siempre tararea
el viejo estribillo dándole a la rueda.
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