Un colodro va por la
plaza y se cruza con otro al que creía no haber visto en mucho tiempo.
¡Hombre Paco, cuanto años sin verte! Vaya, lo que has cambiado.
Estás más delgao, más alto, ya no llevas gafas, ni tienes barba y ¡cuanto te ha crecio el pelo, con lo calvo que eras!
Perdone Vd. pero yo no me llamo Paco.
¡Nó me digas, si hasta te has cambiado el nombre!