Dos turistas americanos están visitando las
cataratas del Niágara.
Uno de ellos es de Nueva York, y está un poco cansado del otro, que es de Texas y un poco fantasma, así que le dice:
- Oye, ¿a que en Texas no tenéis unas cataratas asi?.
- No, pero tenemos a un fontanero que podría arreglar en cinco minutos este escape de
agua.