Juegan las golondrinas en el azul sereno.
La horas se amarillan de oro viejo del día,
y un repicar de bronces derrama su armonía,
sobre el catedralicio desfile nazareno.
Sollozando entre
flores, con el cuerpo moreno
de Jesús inmolado. En materna agonía,
con las manos cruzadas sobre el pecho, María
crucificada en el aire la angustia de sus senos.
... (ver texto completo)