¡Ay Mari.. yo me equivocaba mucho! Porque había una hinojoseña que me hacia la cesta de flores y me enseñaba el verso por la mañana y yo lo recitaba por la tarde! Me acuerdo de aquella hinojoseña con mucho cariño. Pero ya no está en este mundo.
Yo tenia en aquellos años a Doña Elena Gil de maestra y nos daba el papelito con el verso y aprenderselo que recuerdos, que chica era yo.