Don Ruperto que es casado entre sueños ha nombrado una noche el bello nombre de Isabel. Cuentas le pidió su esposa y él dijo: ¡Vaya cosa! Ése el nombre de una jaca que compré. La señora se tragó lo del animal, pero ayer cuando volvió se armó un carnaval, pués dijo a su llegada, dándole una bofetada: Tu jaquíta te ha mandado una postal.