Los que me conoceis a mí personalmente sabeis que yo no soy presumia. Pero ahora mismo no me puedo pribar y os voy a contar dónde me encuentro.
Estoy sentada con mi portatil en la
terraza de un tercer piso a doscientos metros del
mar, desde aquí observo como entran y salen los
barcos al
puerto de
Málaga. Esta mañana no hay mucho tráfico marítimo, solo veo dos cargueros, uno está esperando fondeado y otro carguero grandísimo está saliendo, también se ven a los lejos tres barquitos más pequeños, serán
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