Tiene la humilde sardina
una gran aceptación,
porque gusta a mucha gente,
y a algunos, más que el jamón.
Ella muy presente está
en casi todas las mesas,
se toma frita y asada
en escabeche y conserva.
Y cuando estás en la playa
después de darte un buen baño,
¡qué bien saben los “espetos”!
de cerveza acompañados.
¡Es tan fina y elegante
con su lomo plateado!
su figura estilizada
pasea por el océano.
¡Cuántos miles de sardinas
son de otros peces bocados,
mas ellas, vegetarianas,
sólo se nutren de plácton!
Por eso su grasa es
buenísima y saludable
es rica en omega tres
y también en minerales.
¡Cuántos años soportó
desprecios y humillaciones
y con mucha dignidad
perdonó, sin distinciones!
Sin hacer caso de críticas,
sigue feliz su destino,
ejemplo para los hombres
si nuestra misión cumplimos.
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