Yo suelo tolerar por lo general bastante bién las cosas que van viniendo, pero esta tarde le voy a dedicar este caldo borriquero a los muchachitos que están tirando petardos debajo de mi
ventana, porque me están dando unos sustos que voy a terminar de los nervios nerviosos.
¿En Hinojosa también petardean los chiquillos?
¡hombre nó, que hay gente que se asusta mucho y causáis estropicios al vecindario!