Mamá, mamá en el colegio me llaman culona.
¡Bah no hagas caso!. Anda, ayúdame a doblar tus bragas. La Felisa en el mercado
decía con un suspiro:
Qué desgracia. Todo sube
menos lo de mi marido. Eran vecinos, que buenos guertos hay en la zona. Total, que llegamos a la concrusión de que la sandia se había criao en la cerca de al lao del tomate. Es que la verdad sea dicha. Esa mano tan prepará, está como pa endiñarnos un tomatazo.