HINOJOSA DEL DUQUE: Si que tenemos mucho que seguir aprendiendo. de este...

os acordais: Santos nació el 13 de Julio de 1942 en Hinojosa del Duque, Córdoba. Tenía 13 hermanos. Su papá era zapatero y muy trabajador y su mamá cuidaba de la familia. Le enseñaron desde pequeño a querer mucho a la Virgen del Carmen y a Jesús. Sus padres fueron un ejemplo para él.

Entre su pandilla de amigos era un chico más, le gustaba ir al cine, comprar chucherías. Era, eso sí, muy alegre y sobre todo, muy bueno. Cuidaba con mucho cariño de sus hermanos pequeños y rezaba con ellos. En una ocasión les dijo a sus hermanas: “Cuando nos suceda algo que nos cause dolor hay que ofrecerlo a Jesús por las misiones y por los pecadores”.

Rezaba el Rosario todos los días y visitaba a Jesús en el sagrario cada tarde. Era un niño muy obediente aunque también tenía su geniecillo.

Un día jugando con su amigo Blas a los chinos, le tocaba a su amigo lanzar y le dio en el oído derecho. Comenzó a sangrar y el amigo se asustó mucho. Santos no le dio mucha importancia y siguió como si nada hubiese sucedido. Un día vino del colegio diciendo a su mamá que le dolía mucho el oído. Sus hermanos se reían y decían que eran excusas para no estudiar matemáticas. Le llevaron al médico y tampoco le dio importancia.

Pero cuando Santos cumplió los once años empeoró y los médicos le diagnosticaron una meningitis. En medio de todo esto le decía el niño a su mamá: “No sufras, mamá, que sea lo que Dios quiera”. Él siempre buscaba ponerse en manos de Dios. Y también le decía a la Virgen: “Madre, ayúdame, que soy muy pequeño; no me dejes solo”.

É l ofrecía su vida, sus dolores, por los sacerdotes, las misiones, los pecadores.. y con el crucifijo entre las manos decía: “Dios mío, ¡llévame al Cielo! Soy muy pequeño para sufrir tanto, pero que se haga tu voluntad”.

Un día su hermana mayor le preguntó: “ ¿Qué prefieres, el cielo o ponerte bueno?”. Sin dudarlo respondió: “El Cielo”.

Y el 6 de febrero de 1954, sábado consagrado a la Virgen y al toque del Ángelus, Santos murió diciendo: “Madrecita, llévame al cielo”.

¡Impresionante! ¿verdad? ¡Cuánto tenemos que aprender de él!. Con sólo 10 años y qué amor tan grande tenía a Jesús y a María. Pidamos nosotros también al Señor que le amemos con todo nuestro corazón y que hagamos siempre lo que a Él le agrada.
Bueno chicos, a ser buenos y recordad que si lo somos, nuestro premio será el Cielo.

Si que tenemos mucho que seguir aprendiendo. de este niño.