Me da mucha pena de no haber conocido el
convento, hubiese disfrutado de él e incluso me hubiese metido a seminarista jejejjejeje que comodidad más grande, un seminario en nuestro
pueblo, he vivido 18 años al lado del convento, enfrente de lo que era el paerón donde estaban la cocina del convento y me alegro que mi
casa estuviese justo enfrente y no donde construyeron las nuevas viviendas sobre los cimientos del convento derrumbado