Pués yo me voy a sentar en un banco justo aquí en el Paseo mirando a la del Cántaro, a ver si alguién me cuenta esta tarde algo coherente y si no es así emigraré definitivamente.
En el banco que hay a la derecha que da la sombrita ese me gusta.
Mari, ¡qué inteligente eres! Tú nunca le fallas a nadie, estás siempre con los tuyos.